LUNES, 7 DE OCTUBRE. DÍA MUNDIAL DE LA ARQUITECTURA 2024
MANIFIESTO "PROYECTAMOS EL FUTURO"
Una jornada en la que, en esta ocasión, queremos reivindicar el papel determinante de nuestra disciplina y de nuestros/as profesionales para proyectar, desde el presente en el que vivimos, un futuro digno al conjunto de la población, en el que disfrutar de un entorno construido con alta calidad arquitectónica sea un derecho ciudadano real y efectivo, independientemente del lugar en el que se haya nacido.
En mayor o menor medida, los grandes retos globales que afrontamos como sociedad
-desde el cambio climático al déficit de vivienda digna y asequible, el envejecimiento progresivo de la población o el aumento de las desigualdades sociales, con ejemplos como el incremento de la pobreza energética- tienen un impacto local innegable en nuestros pueblos y ciudades, en nuestros territorios, que no están adaptados para ello.
Sobran los datos que lo demuestran:
Casi el 60% de los edificios existentes1 requieren de una rehabilitación energética, además de otras mejoras acuciantes en materia de accesibilidad, conservación y funcionalidad.
El 25% de las personas vive en aglomeraciones urbanas de más de un millón de habitantes y el 17% se concentra en Madrid (con cerca de siete millones de habitantes), Barcelona (más de tres millones en su área metropolitana), Valencia o Sevilla (por encima del millón y medio de habitantes)2, con los consiguientes efectos que ello tiene en fenómenos como el de la “España vaciada”.
El parque de vivienda de alquiler social se sitúa en apenas 290.000 unidades (un 1,6% de los hogares). Converger con la media de los países de la UE implicaría un plan a 10 años para incrementar en más de 150% la producción anual media de viviendas de los últimos años3.
Como todos los problemas complejos, la respuesta a estos retos necesita de grandes consensos y de una acción colectiva a corto, medio y largo plazo. No podemos mirar a otro lado y, sin duda, nosotros, las arquitectas y arquitectos de este país, no lo vamos a hacer.
Nuestra profesión tiene una misión: la transformación del parque edificado, la planificación de entornos resilientes al cambio climático, la regeneración de tejidos urbanos que han quedado ya obsoletos y la proyección de vivienda nueva con los parámetros de rigor y calidad que exige un mundo en cambio, en el que la responsabilidad nos obliga a pensar en las próximas generaciones, que merecen la oportunidad de un futuro justo.
Estamos comprometidos para dar forma a entornos urbanos más amables, humanos y “respetuosos con el medioambiente, que reduzcan la dependencia de los recursos externos”; investigamos e innovamos para “aportar nuevas perspectivas esenciales para el desarrollo sostenible”; planificamos incorporando los principios de la economía
circular al sector de la edificación. Lo hacemos, conscientes de la
función social y del interés general de nuestra disciplina, que,
gracias
a su enorme poder transformador, constituye un instrumento decisivo
para mejorar el bienestar, la salud y la seguridad de las personas;
para contribuir y favorecer la cohesión y la equidad social; para
asegurar laprotección del medioambiente y mitigar los efectos del calentamiento
global; para reactivar zonas en declive demográfico, cerrando
brechas territoriales, y para promover un desarrollo económico
sostenible. Es determinante, si no queremos ciudades que evolucionen a dos o tres velocidades; si no queremos dejar a nadie atrás.
Pero, insistimos, el reto es colectivo. Requiere también el compromiso de las Administraciones Públicas a todos los niveles, la implicación de todos los agentes del sector y la participación activa de la ciudadanía para apostar, de forma decidida, por la calidad del entorno construido como conditio sine qua non de un bienestar duradero. Y esto, necesariamente, también supone promover políticas ejemplarizantes, con concursos de arquitectura -públicos y privados- que prioricen la calidad y dar oportunidades a las nuevas generaciones de arquitectos/as porque no se puede cimentar un futuro digno para todos/as, si los/as profesionales encargados/as de hacerlo no ejercen en condiciones dignas.
Porque, como recoge la Declaración de Davos, “todas las personas tienen derecho a experimentar, compartir y pertenecer al entorno cultural”, en el Día Mundial de la Arquitectura, proyectamos el futuro ahora.