AUTOR_ M. MUÑOZ
FECHA_1949
BREVE DESCRIPCIÓN_ Muñoz Casayús trabajó junto con el arquitecto italiano Carlo Baratto en este proyecto. Y aunque en versiones previas aparece la firma de ambos, solo encontramos la de Muñoz en el proyecto visado de 1954.
Se trata de un claro ejemplo del racionalismo de líneas puras y juegos volumétricos carente de ornamento, aunque también se le quiera ver cierta querencia expresionista o incluso futurista, de mano de la influencia del italiano.
Muestra la maestría a la hora de resolver la esquina a través de los juegos de volumen. Como una suerte de dilatación espacial, Muñoz plantea una arquitectura exuberante, y al mismo tiempo se muestra recatado, evitando toda tentación ornamental. En el tambor con el que remata el edificio, a modo de proa, deja que sea la esquina la única protagonista.
La lección arquitectónica de Muñoz en este edificio es soberbia. Y cabría decir que, un uso óptimo de los recursos, que son una geometría austera frente a una composición de elementos, son en cierto modo paradigma de todo el racionalismo.
Se ha interpretado como uno de los más inteligentes remates racionalistas de la ciudad.