AUTOR_ T. RÍOS USÓN
FECHA_1977
BREVE DESCRIPCIÓN_ El proyecto de Ríos Usón apuesta, sin ninguna clase de dudas, por la nueva imagen de las entidades financieras basada en los principios de la arquitectura internacional, los grandes volúmenes y las superficies acristaladas resueltas en muro cortina.
La imagen corporativa se mantiene tan marcada y definida como lo fueran durante décadas las de los edificios historicistas, pero ahora con una intención mucho más cosmopolita y moderna.
La nueva sede de la Caja de Ahorros se estructura en los dos grandes volúmenes prismáticos paralelos que se apoyan sobre un enorme basamento de tres plantas sobre el nivel del suelo que acoge las dependencias públicas. La piedra gris y el cristal verde son los dos principales protagonistas materiales de las fachadas, caracterizadas por la hábil contraposición de las líneas horizontales del zócalo, frente a las verticales de los dos cuerpos prismáticos. Finalmente, la limpieza de trazo y resolución del muro cortina contribuye a desmaterializar y aligerar la enorme mole que constituyen los volúmenes verticales.
El edificio “Ibercaja” responde a la voluntad de lograr una estética pulida y limpia, de formas bien proporcionadas, que no incomode al usuario y le haga sentirse en un espacio privilegiado y especial. Con sus referencias al estilo Internacional aporta un factor innovador y de renovación arquitectónica en la ciudad que tendrá múltiples ejemplos de continuidad durante las dos décadas siguientes.
En el proyecto inicial, los dos cuerpos verticales del edificio tenían mayor altura y el conjunto se caracterizaba por una mayor esbeltez. Sin embargo, las limitaciones impuestas por el Ayuntamiento hicieron reducir la altura total que se redujo a 60 metros y, en consecuencia, el edificio adquirió unas proporciones más horizontales.
Pese a ello, el inmueble aprovecha bien su ubicación urbana, una de las más ricas en puntos de vista de la ciudad, en el encuentro entre los paseos de Sagasta y de la Constitución y en plena plaza de Basilio Paraíso.
De hecho, la sede de “Ibercaja” fue uno de los últimos elementos (junto a “El Corte Inglés”) que terminó por redefinir la centralidad urbana que se desplazaría hacia el sur, pasando de la plaza de España a la plaza de Paraíso.